¿Pinturas malditas? Cuando lo sobrenatural y el marketing hacen equipo.
La mercadotecnia ha sido una herramienta más entre la relación cliente – vendedor y, apoyándose en la publicidad, ha sabido vender cualquier tipo de producto o servicio haciéndole creer al comprador que es un bien necesario que debe adquirir. Sin embargo, ¿qué pasa cuando “lo siniestro” toma protagonismo de este tipo de mercado?
Varias cosas se han dicho en torno al arte, sobre todo en cuando a las pinturas y sus autores se refiere, pero estar “envueltas en maldiciones” es una de las frases que suele utilizarse al momento de describir las siguientes.
“Las Manos se le Resisten” de Bill Stoneham (1972).
Esta obra llevó su mito delante de su estética visual al ser puesta en venta a inicios del año 2000 en eBay recaudando millones de comentarios y seguidores de su historia desde su aparición en la web y una ganancia arriba de mil dólares en su oferta número treinta. En la misma publicación, el vendedor dejaba un testimonio de lo que había ocurrido a su familia y también redactaba que se deslindaba de toda responsabilidad con el nuevo dueño, además concluía preguntando a los usuarios si conocían a alguien que pudiese exorcizar su casa.
Al crecer la leyenda, una persona decidió contactar al autor, preguntarle sobre su creación y contratarle para una secuela del cuadro, por supuesto, Stoneham aceptó y creó las secuelas “Resistencia en el umbral” en 2004 y “Umbral de la revelación” en 2012 e incluso una precuela llamada “Las manos lo inventaron” en 2017. Actualmente, en su página oficial, tiene toda una serie de “souvenirs” como cuadros imprimibles, un libro, el poema original en el que se basó y diversas fuentes “favoritas” donde se puede leer la historia de la pintura embrujada e inclusive se habla de una película basada en el cuadro original.
“Los niños llorones” de Bruno Amadio (1970 – 1980).
Otro de los casos más sonados ha sido esta serie de pinturas, que tuvieron una publicación estelar en el periódico “The Sun” en 1985, donde se contaba la historia de la familia Hall y el misterio del cuadro que no sufrió daño alguno después del incendio de todos sus bienes. Días más tarde, el mismo periódico estaba publicando varias cartas de seguidores que mencionaban haber vivido acontecimientos parecidos con pinturas similares. Dicha publicación iba acompañada de una nota del periodista Kelvin Mackenzie que alentaba a las personas a enviar sus copias de las pinturas para quemarlas en una fogata comunal.
Actualmente se cree que no fue más que una farsa para imprimar los cuadros con una solución resistente a temperaturas muy altas y revenderlas generando más especulaciones sobrenaturales.
“El hombre angustiado” de Anónimo (s/f).
Otra de las historias de pinturas malditas es la que rodea a la familia Robinson, quienes han sido “asechados” durante tres generaciones por una obra, cuyo autor y fecha de realización son desconocidos. Actualmente el dueño de esta es Sean, nieto de la dueña original del cuadro, quien tiene varios videos sobre la misma en su cuenta de YouTube desde hace más de ocho años. Esta historia no ha tenido tanta divulgación como las anteriores, pero sin lugar a duda, la cantidad de suscriptores y vistas totales de su canal nos deja en claro la cantidad de dinero que podría estar generando con las regalías que el sitio le proporciona.
Lo que viven las personas cerca de estos supuestos cuadros malditos es una enorme sensación de incomodidad, momentos de trance, fatiga, accidentes inexplicables, seres que habitan cerca de la pintura, niebla que sale de la nada, sonidos extraños y hasta incendios. Para librarse de todo lo anterior, deciden venderlas, regalarlas o exorcizar sus casas.
Tras leer todas estas historias macabras ¿Qué harías? ¿Dejarías que tú o tu familia siguiera enfermando y pasando momentos desagradables o te desharías de ella sin dudarlo?